jueves, 26 de junio de 2014

TIEMPOS AGRADABLES

»Si escuchan y obedecen a Dios, serán bendecidos con prosperidad por el resto de su vida. Todos sus años serán agradables. (Job 36:11 NTV)

Todos anhelamos ser prósperos, en los negocios, en la familia, etc.
Dios también quiere lo mismo, El anhela que tengamos "tiempos agradables", bendecirnos, prosperarnos, que vivamos en paz y no tengamos falta de nada.
Hoy en día hemos distorsionado el concepto de prosperidad o vivir gratamente y gastamos toda nuestra vida en lograr y alcanzar más, tener o ser exitosos.
Tal vez lo que primero convendría sea definirla y diferenciarla del concepto de éxito de nuestros días.

El éxito está relacionado con un logro personal en algún área, a menudo quienes son exitosos en algo, lo son sacrificando áreas importantes de sus vidas, como la familias la estabilidad emocional o espiritual.
La prosperidad en cambio es un concepto integral, incluye todas las esferas de nuestra vida, podríamos definirla como vivir gratamente.

El texto que citamos al principio dice que la prosperidad o ese vivir gratamente depende de dos cosas:

Primero Escuchar a Dios.
Parece simple, pero cada vez se ha vuelto más difícil escuchar a alguien más que a nosotros mismos. Escuchar requiere salir del centro y poner la atención en otro, Requiere silenciar la mente de las constantes voces de nuestros pensamiento,  También requiere confrontar nuestra opiniones o ideas respecto de lo que escucho, ya que de pronto al oír algo que no nos "agrada" cerramos nuestro oído.
Requiere humildad, quien escucha es el que quiere aprender, el que necesita.
Ahora, escuchar a Dios es simple, la Biblia es la voz de Dios, y podrás oírlo cada vez que la leas y que vengas a el con un corazón necesitado y dispuesto.

Y lo segundo es obedecer a Dios.
Dios dice: escuchar y obedecer,  solo eso y vendra el tiempo agradable, pero hay un abismo entre estas dos cosas, muchas veces nos gusta oír la voz de Dios, pero luego nos cuesta tanto obecederle.
¿qué hace que luego de oír a Dios no lo obedezcamos?
Nuestro afán, el sistema nos hace vivir preocupados y centrados en el "yo"
El enemigo que se roba esa semilla, te hará cuestionar la voz de Dios, traerá pensamientos de duda, de temor, etc.
Nuestra rebeldía y obstinación a hacer lo que nosotros queremos.
La obediencia nos conviene, nos da seguridad, dirección y abre las puertas a esos años agradables que Dios quiere para nosotros.

No te conformes con ser exitoso en alguna faceta de tu vida, aunque seas el mejor del mundo en ella, Dios quiere hacerte próspero, que vivas gratamente, y para eso debes oírlo y obedecerlo y puedes comenzar ahora.
Dios dice "Dame hijo mío tu corazón" en proverbios 23/26. Ya has dado el primer paso, has oído su voz.
El segundo es obedecer, si quieres hacerlo, es sencillo, sólo dile sinceramente lo siguiente:
"Señor, hoy oí tu voz y quiero obedecer, te doy mi corazón y mi vida, reconozco que Jesús es el Señor, que murió en mi lugar para perdonar mis pecados y lo recibo como mi Señor y Salvador, amén".


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