martes, 12 de mayo de 2015

ABRE MIS OJOS

Salmos 119/18
"Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley"

En tiempos en que no habían celulares, ni play station, los niños hacían algo que hoy puede parecer muy raro, jugar con otros niños de su barrio, uno de esos juegos era "la gallinita ciega", le tapaban los ojos y hacían dar vueltas, luego debían atrapar a alguien, era muy divertido, porque sin la visión te hacías muy torpe, chocabas y te caías, rara vez atrapabas a alguien. 

Nuestros ojos son verdaderamente importantes, nos hacen entender y conectarnos  con el mundo; permiten desarrollarnos, disfrutar las maravillas naturales, etc., y así como en lo natural es esencial poder ver, en lo espiritual es igual de importante. David entendió  esto y le pide al Señor que abriera sus ojos, para poder observar las maravillas de su ley, o en otras palabras le pide que abra los ojos de su espíritu para que la palabra de Dios le pueda ser revelada.
La palabra de Dios es luz, y existe una gran diferencia entre andar en oscuridad y andar en luz, pero no para quien es ciego, para quien no puede ver no habrá diferencia, por esta razón el Señor Jesus dijo "La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz" (Mateo 6/22), y para que esa luz ilumine nuestra vida, nuestros ojos espirituales deben ser abiertos; entonces podrá ser revelada la voz de Dios en nuestro corazón, El apóstol Pablo dice "Alumbrados los ojos de nuestro entendimiento"  (Efesios 1/18), pues solo así la palabra de Dios traerá luz, sanidad y restauración a nuestro corazón.

Si nos ha sido igual dirigir nuestra vida en nuestro consejo o en el de Dios, necesitamos que nuestros ojos espirituales sean abiertos, porque cuando la palabra de Dios dirige nuestros pasos, se disipa toda tiniebla y viene paz y la más plena  convicción de que Dios peleará por ti y te llevará al éxito.
Hoy es un buen día para decir ¡Señor abre mis ojos, revelame tu palabra¡


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