"A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche"
Hace poco fuimos testigos de un desastre natural, un aluvión de lodo sepultó algunas ciudades del norte de nuestro país, las imágenes eran escalofriantes, pero a pocas horas de la tragedia quedó en evidencia su más grande necesidad; el agua, muchos llegaban con ropa o alimentos, pero lo realmente primordial era el agua, algunos comerciantes llegaron a vender un litro de agua más caro que un litro de bencina.
Esto puede ayudarnos a entender en parte el contexto del versículo de inicio, el agua es por excelencia el elemento esencial para la vida, en tiempos bíblico se transaba a buen precio, ser dueño de un poso de agua marcaba la prosperidad de una familia, las sequías destruyeron pueblos enteros y motivaba grandes migraciones.
Cuando Isaias invita a los sedientos a comprar agua gratis, despertó la atención de toda la gente, sin embargo Dios estaba ilustrando la sed espiritual, pues la necesidad que todo ser humano tiene de Dios es semejante a la que nuestro cuerpo tiene del agua; años más tarde Jesus completa esta figura definiéndose como el "Agua viva" (Juan 4/14), capaz de satisfacer toda necesidad espiritual, Jesus es el agua viva porque al beber de él, todo lo que esta seco o muerto florece y despierta a la vida.
Piense esto, las más grandes bendiciones en esta tierra son gratis, pues ¿qué precio tiene el amor de una madre? o ¿contemplar una tarde de sol, o la brisa del viento?, a la verdad sin estas cosas no podríamos vivir, y no pagamos nada por ellas, pero Dios ha querido darnos la mas grande de todas las bendiciones gratis, el perdón de nuestros pecados, por esta razón Jesus pago el precio en la cruz, para que podamos recibirlo gratis. Estando en la cruz un soldado romano enterró una lanza en su costado y brotó agua; solo el agua que viene de la cruz puede saciar nuestra sed y llenarnos de vida.
Isaias continua diciendo "No gasten su dinero en lo que no sacia", puedes seguir comprando aquello que piensas que apaga tu sed, pero lo único que conseguirás es gastar tu dinero y agrandar tu sed.
Hoy Dios te invita gratis a beber de él, encontrar en él la respuesta a nuestra necesidad, comprar la paz de nuestra alma sin precio, soltar la copa del dolor y la ansiedad y beber vida, beber a Jesus.
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