PONIÉNDOLE NOMBRE

"Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová"

(1 Samuel 7:12 RVR1960)

Al terminar un año, es inevitable mirar hacia atrás, y recordar tantos momentos especiales, alegrías o éxitos, pero tal vez también, algunos fracasos o tiempos de aflicción, con todo, es un tiempo para agradecer al Señor sus muchas misericordias, podemos reconocer que Dios ha sido bueno, que su mano tierna ha estado a nuestro lado siempre, que Dios ha sido fiel, reconocer su amor y su cruz, que ha sido mi refugio y el lugar donde volví a nacer, y volví a empezar.

En el texto que citamos hoy, Samuel quiso dejar un testimonio público, para las futuras generaciones, de lo que había sido su tiempo con Dios, esa piedra le diría a toda la gente que Dios estaba con él, que los había ayudado en cada dificultad, que los había librado de sus enemigos, los había bendecido con paz y con el sustento, Samuel quiso asegurarse que todos conocieran la bondad de Dios, y creo que hoy seria bueno para nosotros levantar un monumento en nuestra familia, con nuestra gente y decirles: "no ha sido nuestra capacidad o nuestra fuerza, es porque Dios nos ayudó, él ha estado con nosotros, hasta aquí y para siempre él será nuestra fortaleza"

Samuel le puso nombre a la piedra, pero en realidad lo que bautizó fue su experiencia con Dios, llamó a esa piedra Eben-ezer, que quiere decir "hasta aquí nos ayudó El Señor", entonces me pregunte si tuviera que ponerle un nombre a este año que acaba hoy ¿que nombre le pondría?, porque hoy tenemos la oportunidad de dejar un testimonio de lo que fue este año, pienso que yo le pondría "la infinita gracia del Señor nos ha sostenido", y tu ¿que nombre le pondrías?

Hoy parados frente a un nuevo año, Dios también nos da una oportunidad todavía mayor, ponerle nombre al año que comienza, bautizar al 2015 con un nombre que sea un testimonio público, pero también espiritual, una declaración de fe, un nombre que marque cada día de este año, entonces le llamaré el año de la bendición del Señor, el año de la multiplicación sobrenatural y el año de nuestro avivamiento.