lunes, 4 de agosto de 2014

DESPERTANDO LA COMPASIÓN

"¡No! Oh pueblo, el SEÑOR te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios"
(Miqueas 6:8 NTV).

En nuestros días hemos perdido la capacidad de asombro, se nos hace natural ver en televisión una tragedia, accidentes en vivo, o el dolor de la guerra en la franja de Gaza, esto nos hace ser indiferentes hacia el sufrimiento, se han adormecido nuestros sentidos.

La compasión es más que la empatía o el dolor por la necesidad de otro, es la determinación a intervenir en ese dolor, es un dolor que provoca acción.

La compasión es una manifestación del amor, y Dios es amor, la Biblia dice que quien no tiene amor, no tiene a Cristo (1 Juan 4/8), luego quién tiene ese amor inevitablemente se manifestará en compasión hacia los perdidos.

Dios es un Dios de compasión, cuando él vio el dolor humano se involucró con el y dejo su lugar de honor, y tomó un lugar de humildad, entendiendo que la única forma de afectar la necesidad de otro es abandonar nuestro lugar, pues la compasión demanda sacrificio y esfuerzo, pero este es un costo que quien ama no considera.

Me impresiono el versículo que cite al comienzo, literalmente dice que "Dios exige de mi compasión", esto significa que la compasión no es una opción, tal vez muchos puedan creer que la compasión no forma parte de su ministerio, pues debe saber que la compasión no forma parte de ningún ministerio, la compasión forma parte de un verdadero cristiano.

¿Estará dormida la compasión?, de pronto sea necesario despertarla, pues cuando se adormecen los sentidos espirituales deben ser remecidos con urgencia.
Primero en un acto de humildad reconocer ese sueño delante de Dios en arrepentimiento. 
Luego elevar un clamor "Dios, dame tu corazón compasivo, llename de tu amor".
Después abrir los ojos y ver la necesidad que hay a tu alrededor e involucrarte en intercesión y dejar tu lugar e ir al perdido y rescatarlo.

Este será el nombre de mi semana, "despertando a la compasión".

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