viernes, 29 de agosto de 2014

NECESITAMOS DENUEDO

"Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios"
(Hechos 4:29-31 RVR1960).

Era el comienzo de la hostilidad y persecución a la iglesia, habían sido arrestado los principales líderes, las amenazas se sentían en aquellos primeros creyentes. Pedro y Juan acababan de ser puestos en libertad con la orden expresa de no hablar, ni enseñar en el nombre de Jesús, y como respuesta a todo esto, nace de forma espontánea el clamor del pueblo de Dios, citados en los versículos del comienzo.

La oración fue "Necesitamos denuedo", y ese denuedo vino como respuesta de la llanura del Espíritu Santo, hoy vamos a reflexionar sobre esto.

Pienso que la conclusión de la iglesia fue esta: "No podemos predicar sin denuedo, no seríamos efectivos, la gente no nos escucharía, no podríamos superar la resistencia, el denuedo es indispensable".
La palabra denuedo es una palabra griega que significa valor, osadía, hablar sin miedo, esta palabra era usada para referirse al derecho que tenían los ciudadanos libres de hablar abiertamente.

Hablar con denuedo es hablar con propiedad. Es decir, esto que les hablo es real, y ha sido real en mi vida. Hoy todos hablamos de Jesús, pero recordemos que para el pueblo Jesús había muerto, sin embargo ellos decían ¡¡Noo, no está muerto, él vive, el resucitó, Jesús esta vivo, y también resucito nuestras vidas¡¡. 

Hablar con denuedo es hablar con pasión. Cuando hablaban sus ojos brillaban, se emocionaban, su corazón ardía al hablar y también ardía el de aquellos que escuchaban, esa pasión no les dejaba quietos, todo el día hablaban de Jesús, todos los días.

Hablar con denuedo es hablar con autoridad. Hablaban con seguridad, no temían a las represalias, no se avergonzaban de su fe, ni de Cristo, tenían el mandato de predicar, la autoridad delegada de Dios y sentían ese respaldo.

Hablar con denuedo es hablar con convicción. Esta convicción provenía de la certeza de tener la verdad, esto es fe, certeza. Pablo dijo "Creí por tanto hable" (2da. Corintios 4/13), la convicción sólo viene cuando hay fe.

Ahora podemos entender un poco más lo necesario que es el denuedo para la conquista de nuestra generación, sin embargo este denuedo sólo viene cuando el Espíritu Santo llena nuestras vidas, y esto ocurre en la oración, en la intimidad con Dios, en el clamor con hambre de almas.

1 comentario:

  1. Muy interesante la enseñanza, es lo que necesitamos ahorita en la actualidad denuedo para que la gente pueda ver la convicción en nosotros y creer en Dios
    Bendiciones

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