lunes, 11 de agosto de 2014

SÍGUEME

"Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió" 
(S. Mateo 9:9 RVR1960).

Hoy seguimos modas, costumbres, ideas o pensamientos, etc, parece que nuestra sociedad simplemente sigue lo que sea, nada se cuestiona, sólo se sigue.
Y es que Dios nos creo para "seguir", no para tomar nuestro propio camino, por eso puedes ver a través de la historia que el hombre sólo a seguido a quién se levantó, aveces con ideas terroríficas como Hitler, pero necesitaban seguir.

Es interesante la forma en que Jesús llamó a sus discípulos, diciéndoles "sígueme", siempre existe la tentación a mistificar las historias Bíblicas, al principio yo pensé que estaba la gente haciendo sus cosas y de pronto aparecía Jesús en la escena, tal vez rodeado de un manto de luz, y mirándoles fijamente a los ojos, sin pestañear, con una voz profunda les decía "sígueme"; entonces ellos casi extasiados le decían "si, lo que tu quieras".  Entonces yo pensaba "que difícil llamar a la gente para nosotros" jajaja.
Pero no fue así como ocurrió, muy por el contrario, Jesús conoce muy bien la naturaleza humana, pues él nos creo, y ese "sígueme" tiene algunas consideraciones.

Era un sígueme de amor. 
Jesús no aparece de repente, había dedicado tiempo a estar con ellos, a escucharles, compartió sus actividades, fue a pescar con la gente, fue a sus fiestas, a sus bodas, camino entre ellos como uno más, aún siendo Dios no se sentía superior a ellos, los amaba, les dio dignidad, les hizo sentir personas, importantes, iba a sus casas, comía sus comidas, se río con ellos.
La gente no sigue a quién no ama, Jesús lo sabía. ¿Cuando Adán dejó de seguir a su padre? Cuando dejó de amarlo y escucho otras ideas. 
La gente seguirá a Jesús cuando vea que yo amo a Jesús y que los amo a ellos.

Era un sígueme de visión. 
"Dame un empleado del montón pero con una meta y yo te daré un hombre que haga historia. Dame un hombre excepcional que no tenga metas y yo te daré un empleado del montón" J.C. Penny.
Jesús les mostró una visión, un proyecto extraordinario, su meta era ganar el mundo, y ellos entendieron la visión y sintonizaron con ella, por eso le seguían, aún al punto de despreciar sus propias vidas por seguir a Jesús.
Hoy muchos creemos que seguir a Jesús es segur una religión, o tener una creencia, no hemos transmitido completamente la visión, ni dado a conocer el proyecto del reino, que es superior a toda visión y todo proyecto humano.
Cuando Jesús transmitía la visión ellos se estremecían, como los hombres que iban camino a Emaus, que sólo al oírlo sus corazones ardían (Lucas 24).
Jesús enseño su visión no desde una sala de clases, sino haciéndola, predicando, estando con los necesitados, sanándolos.
La gente seguirá a Jesús cuando vea que hay una visión que es más excelente a lo que ellos seguían anteriormente. Necesito visión.

Era un sígueme de identidad
La necesidad de identidad es inherente al ser humano, necesito identificarme con una familia, con los pares, con pensamientos sociales, políticos de gustos, etc,.
Jesús hizo que la gente se identificará con él, se hizo hombre, hablo su idioma, acerco el reino a las personas. Estoy seguro que los rabinos eran más doctos, profundos y teológicos que Jesús, pero Jesús les hablaba desde su corazón, desde sus vivencias, con parábolas cotidianas, eso acercaba a la gente, porque se identificaban con el.
Cuantas de nuestras lindas costumbres religiosas acercan a la gente o hacen que se identifiquen con el, ¿no es más bien al revés?, aveces hasta sé burlan.
La gente se identificará con Jesús cuando vea nuestras vidas y escuchen nuestras prédicas en nuestras formas de vivir, aún en nuestros errores ellos podrán ver como los enfrentamos, y verán a Jesús y querrán identificarse con él.

Sígueme ¡¡, ya sabemos porque Jesus lo hizo y como Jesus lo hizo, nuestro desafío hoy es a seguirlo, así otros podrán hacerlo.

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