"Así que los verdaderos hijos de Abraham son los que ponen su fe en Dios. Es más, las Escrituras previeron este tiempo en el que Dios declararía justos a los gentiles por causa de su fe. Dios anunció esa Buena Noticia a Abraham hace tiempo, cuando le dijo: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti». Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe"
(Gálatas 3:7-9 NTV).
En todas las y culturas los hijos heredan los bienes de sus padres, aún en aquellas que no tenían legislación, pues no sólo es un derecho, la herencia es una ley de la vida.
Espiritualmente la herencia también es una ley, es un principio que podemos observar de la siguiente forma.
Dios padre creo todas las cosas, sin embargo a Adán lo formo con sus manos y soplo sobre el aliento de vida, allí le transmitió su herencia; la eternidad, Adán fue su hijo y esa herencia le pertenecía sin cuestionamiento. Adán tuvo hijos y sus hijos tuvieron hijos hasta usted y yo, y todos nosotros hemos recibido esa herencia, la eternidad.
No obstante Adán pecó, pero no perdió la herencia; perdió su salvación, y heredo a todas sus generaciones una eternidad en perdición.
Jesús nació de la simiente de Adán y la simiente del Espíritu Santo, y compro con su sangre la vida eterna; la salvación. Hebreos 2/14 dice que los hijos participan de sangre y carne, por eso Jesús murió, porque con su sangre nos hizo hijos. En Adán perdimos la salvación y la paternidad, en Cristo fuimos hechos hijos y heredamos la vida eterna con Dios.
Quedemos con esto en mente, lo que es de tu padre lo heredas por ley.
Ahora bien, Abraham creyó en Dios y le fue contado por justicia (Génesis 15/6), cuando Abraham creyó, Dios hizo un pacto con él y le dio la tierra y la multiplicación como herencia, su hijo Isaac lo heredo después de el y Jacob, hijo de Isaac también lo hereda, aún Ismael que no estaba en el propósito recibe la misma herencia, porque era hijo y la herencia es una ley.
A causa de su fe, Abraham fue hecho el padre de la fe y Dios le prometió que todas las naciones de la tierra serían bendecidos por medio de el.
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo recibimos la herencia de la vida eterna, pero además nuestra fe nos liga al padre de la fe, Abraham, y nos hace hijos de Abraham, luego la herencia que recibió Abraham se transmite a nosotros por derecho de herencia.
Hace unos días vi en las noticias un señor que vivió en el norte y dejó una gran herencia, pero había pasado el tiempo y nadie la reclamo, por tanto la herencia quedo en arcas fiscales.
Hoy tenemos que reconocer nuestra calidad de hijos de Abraham a través de la fe y reclamar nuestra herencia, Dios no desconocerá esa ley y nos heredara las naciones y la multiplicación. David lo entendió muy bien y dijo "pídeme y te daré tu herencia, las naciones" (Salmos 2/8), pues una herencia que no se reclama es una herencia que no se hace efectiva.
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