viernes, 15 de agosto de 2014

UNA GRAN ENSEÑANZA

"Luego utilizó la siguiente historia para enseñarles más acerca de la oración: «Supongan que uno de ustedes va a la casa de un amigo a medianoche para pedirle que le preste tres panes. Le dices: “Acaba de llegar de visita un amigo mío y no tengo nada para darle de comer”. Supongan que ese amigo grita desde el dormitorio: “No me molestes. La puerta ya está cerrada, y mi familia y yo estamos acostados. No puedo ayudarte”. Les digo que, aunque no lo haga por amistad, si sigues tocando a la puerta el tiempo suficiente, él se levantará y te dará lo que necesitas debido a tu audaz insistencia. »Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta". 
(Lucas 11:5-10 NTV).

Jesús quiso enseñarles un principio espiritual, "La oración persistente",  y lo hace con una historia tan sencilla que explicarla es innecesario, sin embargo apuntare algunas notas que vale la pena recordar.

"A casa de un amigo"
Cuando oramos y le pedimos algo a Dios, no venimos a casa de un extraño, ni a la aventura, a ver si responde; venimos donde un amigo. Para Dios la amistad era un lazo de amor y lealtad, aún mayor que ser hermanos; Proverbios 18/24 "..Hay amigos más unidos que un hermano", por eso Abraham es llamado amigo de Dios (Isaías 41/8), y Jesús les dice a sus discípulos que ya no los llamara siervos, sino amigos (Juan 15/15).
Cuando pedimos necesitamos ser conscientes de esa cercanía y amistad de Dios, esto aumentará nuestra fe, pues nos hará entender que Dios no le negará algo a sus amigos.

"Llegó una visita"
El hombre no estaba pidiendo para sí, el argumento que presenta es la necesidad de otro, tampoco cualquier necesidad, sino la necesidad de pan, y el pan representa a Jesús y su palabra. De modo que cuando nuestra oración es para que otros reciban a Cristo, para suplir necesidades de otros, Dios estará atentos a respondernos.
La Biblia dice en Santiago 4/3 "piden y no reciben porque piden mal, para gastar en sus deleites". Nuestra oración debe ser una oración de compasión, para cubrir necesidades de aquellos que tienen hambre de Dios.

"Toca lo suficiente"
Jesús dijo que si tocaba la puerta lo suficiente, le abriría y le daría lo que pidió, pero ¿cuanto es lo suficiente? ¿Es una hora o un día o un año?, lo suficiente es el tiempo que Dios considere necesario; muchas veces son minutos, incluso aveces no alcanza a estar la petición en nuestra boca y Dios la responde, pero aveces tarda tiempo, es necesario entender que si nuestra oración se alinea a su voluntad, debemos permanecer insistiendo hasta que responda. El lo hará.

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