(Josué 23:9-11 DHH).
¡Te invito a pelear a mi casa!, suena divertido, pero era lo que hacia. Los niños tienen la necesidad de pelear o de saber quién es el líder entre ellos, recuerdo en algunas oportunidades haber llevado amiguitos a mi casa sólo para pelear con ellos, pero cerca de mi papá, eso me daba confianza, sabía que el no iba a dejar que me pegarán.
Esa sensación de seguridad y confianza es la que debió sentir Israel, porque el respaldo de Dios en cada conquista era asombroso, Dios literalmente peleaba por ellos. Josué les dice "El Señor ha arrojado a sus enemigos"; la imagen que me provoca esta expresión es la de un padre que ve que están amenazando a su hijo y toma a su enemigo por la espalda con ambas manos y lo lanza muy lejos ¡¡Y no vuelvas a molestar a mi hijo!!, le dice con tono fuerte y desafiante.
Cuando sientes ese respaldo, poco te importara el tamaño de tu enemigo o lo grande de tu desafío, sabes que Dios estará contigo, que el es un poderoso gigante peleando a tu favor, que delante de el los enemigos parecen de juguete.
Se que el enemigo trabaja en esta dirección, en quitar nuestra mirada de Dios, de modo que nos asuste conquistar, en hacernos sentir desprotegidos, desvalidos, y solos, porque cuando pierdo la conciencia del respaldo de Dios, entonces me hago vulnerable, pues mi fe se apaga.
¿Cuál es tu respaldo?, Dios esta contigo, no necesitas nada más, la provisión de tu victoria esta contigo, la garantía de tu éxito esta asegurada.
"Uno de ustedes hará huir a mil"; eso si es respaldo, que uno sólo conquiste a mil, me gusta como lo dice Isaías: "El pequeño vendrá a ser mil, el menor, una nación fuerte. Yo Jehová, a su tiempo lo apresuraré" (Isaías 60/22). Si el enemigo te hizo sentir pequeño hoy grita muy fuerte ¡¡Donde están mis mil, voy por ellos!!, porque tienes lo principal, el gran respaldo.
Al final Josué le da dos consejos que nunca deben pasar inadvertidos:
Primero "ten cuidado de ti mismo". No debía tener cuidado del enemigo, del desafío se encargaba Dios, debía tener cuidado de sí mismos, pues uno puede ser su peor enemigo, la Biblia dice que el corazón es engañoso (Jeremías 17/9), muchas veces uno puede pensar cosas y llegar a creerlas con tanta seguridad, pero son un auto engaño, tu corazón te miente, no confíes en el, sólo escucha la voz de Dios.
David decía "quién conocerá sus propios errores, librarme de los que me son ocultos" (Salmos 19/12),
Y el segundo consejo que les da Josué es "Amén al Señor". Dios puede darles mil victorias, pero el es mejor que todas ellas, su amor permanece, Dios puede hacer grandes milagros, pero nada supera su amor, estar en sus brazos, sentir sus caricias. En el fondo Josué les dice "Que su corazón no esté en la respuesta (tengan por cierto que Dios lo hará), que su corazón esté en amarlo".
El respaldo de Dios esta conmigo, Dios peleara por mi, y hoy me levanto para conquistar mis primeros mil, tendré mucho cuidado de mi, pero por sobré todo amaré a mi Señor con todas mis fuerzas... Que esa sea nuestra consigna hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario