sábado, 15 de noviembre de 2014

EN EL TIEMPO DE DIOS

"Conmovido una vez más, Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra. —Quiten la piedra —ordenó Jesús. Marta, la hermana del difunto, objetó: —Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí. —¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús. Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: —Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste. Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: —¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. —Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús"
(Juan 11:38-44 NVI)

Un hombre encontró un huevo y vio que tenía una pequeña perforación, se dio cuenta que el pollito que estaba dentro estaba tratando de nacer, así que se quedó ahí a esperar para ver este hermoso acontecimiento, pero se dio cuenta que el pollito tardaba, entonces con una tijera comenzó a romper un poquito el cascaron, para ayudar al pollito, cuando finalmente nació el pollito estaba tullido, no podía moverse por su inmadurez, ya que debía desarrollar su fuerza y habilidad en ese proceso de romper el cascaron.
Aveces nuestros tiempos son tan distintos de los de Dios, nuestra impaciencia nos lleva a apurar las cosas e intervenir y con ello lo único que hacemos es perjudicar lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas, Dios debe trabajar la ansiedad y la paciencia en nuestro corazón. 
Ya habían pasado cuatro días desde que Lázaro había muerto, este solo hecho en el tiempo humano descartaba toda posibilidad de un milagro en las mentes de Marta y María, ellas habían visto el poder que tenía Jesus, pero estaban sujetas al tiempo, y en el tiempo de los hombres, no era posible que ocurriera nada. Gracias a Dios, él tiene otro tiempo, y el tiempo de Dios no depende del nuestro, ni tampoco o está sujeto a sus limitaciones, y hoy nosotros necesitamos entrar en ese tiempo, el tiempo de Dios.

"Señor, si tu hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto". Marta y María habían aceptado una sentencia de muerte, porque además Lázaro estaba sepultado, pero junto con Lázaro, ellas sepultaron su fe. Cuando Jesus vio esta escena sintió un inmenso dolor, no solo por su amigo que estaba muerto, sino por ver que ellas no lo verían como Señor del cielo y de la tierra, de la vida y de la muerte, Jesus también lloró, y creo que también lloró porque aveces nos es más fácil aceptar una sentencia, que aceptar su poder.
¿Cuántos Lazaros has sepultado?, cuantos sueños, anhelos de tu juventud o niñez ya distes por perdidos, a cuantos milagros renunciasteis, solo por creer que ya no es el tiempo, hoy debes recordar que tu Señor, es Señor también del tiempo. Dios no responde cuando tu crees que debe hacerlo, o cuando tu quieres que lo haga, Él responde cuando decide hacerlo, el es Señor.

"Quiten la piedra". La piedra representa aquello que impide que yo reciba el milagro, aveces esa piedra pueden ser las circunstancias, o que ya no es el tiempo, o la falta de fe, lo cierto es que Dios no hará el milagro si antes yo no quito la piedra, siento que Dios siempre quiso hacerlo, solo que estaba esa enorme piedra entre Dios y yo. ¿Cual es tu piedra?
Quitar la piedra también fue una "pequeña ayudita", porque mientras lo hacían despertó en sus corazones algo nuevo, una pequeña luz de esperanza, mientras quitaban la piedra comenzaron a desarrollar su fe, entonces se preguntaban ¿será que Jesus puede resucitar a Lázaro?. Cuando descubras las piedras que te han separado de tu milagro y te determines quitarlas, te darás cuenta que mientras lo haces tu corazón se llena de fe, eso anuncia que ya viene el tiempo de Dios.

"Si crees verás la gloria de Dios". ¿Alardeaba Jesus cuando dijo que si creíamos podíamos mover una montaña?, muchos escépticos dijeron "el Señor no hablaba en serio, solo es una metáfora", pero yo creo que en la gloria de Dios mover una montaña no es nada. Ver su gloria... ¿No es eso lo que mas anhelamos?, pero nos prepararon para ver su gloria en el cielo, cuando muramos, pero el Señor quería que esas mujeres vieran su gloria allí, ese día, en medio de sus circunstancias. Podemos ver su gloria aquí y ahora, tal vez en el tiempo humano esto no es posible, pero hoy entremos al tiempo de Dios y traigamos su gloria a este lugar, traigamos su gloria a nuestras vidas, porque solo su gloria le dará vida a todos nuestros Lázaros. Este es el tiempo de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario