miércoles, 5 de noviembre de 2014

RESTAURANDO NUESTRA COMUNIÓN

"Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado"
(Hebreos 12:12-13 RVR1960)

Sabemos que Dios esta en todo lugar, el es omnipresente; recuerdo que desde niño nos decían que Dios esta en el cielo, y eso generaba en mi una sensación tan distante con Dios, y pienso que es lo que muchos también sienten, incluso les acomoda la idea de un Dios lejano, pues esto les libera de mayor compromiso con él, y visitar a Dios una vez a la semana y los demás días tener tu propia agenda no les suena mal. Sin embargo esta muy lejos del deseo de Dios, él quiere vivir cada día, a cada instante junto a nosotros, por esta razón dejó su trono y se hizo hombre y vivió como uno mas de nosotros, para poder establecer con el hombre una comunión personal y cercana.
Nuestra comunión es el blanco constante del enemigo, en realidad a el no le interesa que asistas a la iglesia o seas un miembro activo, sino que quiere debilitar tu comunión con Dios, apagarla lentamente, y así robar tu mayor tesoro; tu intimidad con El Señor. Y para esto utiliza su estrategia favorita: el sigilo, cuidadosamente, sin que lo adviertas, a través del cansancio, desanimo, múltiples ocupaciones, desorden de prioridades, pecados no confesados, descuido de tu vida espiritual y un sin numero de etcéteras más, logra arrebatarte sin que te des cuenta la comunión con Dios.
Muchos intentan buscar a Dios, pero ignoran que su comunión esta dañada, entonces se frustran y piensan que Dios no quiere estar con ellos, finalmente se rinden ante oraciones frías y monótonas.
Al respecto, Pablo nos da tres consejos para restaurar nuestra comunión con Dios.

Levantar las manos caídas 
Los brazos caídos nos hablan de una actitud pasiva y derrotista, de alguien que simplemente se entregó a una relación con Dios rutinaria y sin vida, pero levantar los brazos es tomar una actitud diferente; por lo pronto es tomar la iniciativa, Dios no va a restaurar tu comunión, tendrás que hacerlo tu, la Biblia dice "Aviva el fuego", esta es nuestra parte, es ese primer paso que implica una determinación a cambiar esta situación, que implica además un esfuerzo por volverte a Dios y rendir tu vida y tu tiempo. 
Tener los brazos caídos es una posición normal de nuestro cuerpo, para tenerlos caídos no necesitas hacer nada, pero para tenerlos arriba necesitas vencer esa ley natural y desacomodarte, tendrás que exigirle a tu propio cuerpo que traspase sus limitaciones y lo que es más, ir en contra de su deseo, es decir levantar los brazos exige una disputa contigo mismo.
Levantar los brazos nos habla de una entrega incondicional, de alguien que ya no quiere luchar, que acepta las condiciones y términos del otro y que simplemente está dispuesto. Por eso restaurar tu comunión con Dios requiere levantar los brazos.
Levantar los brazos también nos habla de activar la adoración, de traer al corazón la gratitud por las grandes misericordias del Señor y adorarlo, de levantar una nueva canción que hable de nuestro amor por el Señor, esa es la canción que Dios desea oír, el canto de amor de un hijo agradecido.

Activar las rodillas paralizadas
Las rodillas paralizadas nos hablan de una oración seca y sin vida, si deseamos restaura la comunión con Dios tendremos que caer de rodillas y rogar misericordia: "Vuelve a mirarme Señor, vuelve a oír mi oración", ese tendrá que ser nuestro clamor.
La comunión con Dios se restaura de rodillas, pero también se mantiene de rodillas. Alguien dijo que cuando un boxeador esta de rodillas esta vencido, pero cuando un cristiano esta de rodillas esta en victoria. 
Cuando una articulación ha estado paralizada, requiere mucho esfuerzo moverla, hasta que el movimiento se hace común y corriente, así también la oración es una lucha, hasta que se hace hábito, entonces comienza a mover tu vida y las circunstancias; una vida de oración siempre te moverá hacia la conquista.

Hacer sendas derechas
Finalmente restaura la comunión necesita nuevas sendas, caminos diferentes a los que te llevaron a enfriar tu corazón, pues viviendo igual que siempre no conseguirás resultados distintos, deben venir correcciones en nuestro estilo de vida, una reflexión y evaluación de aquellas cosas que nos apartan de Dios o contaminan y quitarlas de nuestra vida.
Pablo dice: "haced sendas derechas para vuestros pies", esta en plural, y esto nos indica varios caminos. Los caminos del hombre son los pensamientos, ellos tienen el poder de conducirnos al bien o al mal, restaurar la comunión requiere examinar nuestros pensamientos y reemplazarlos por los pensamientos de Dios, pues quien  gobierne nuestra mente gobernará toda nuestra vida, de esta manera lo que esta cojo, es decir nuestras deficiencias no nos apartaran de "El camino", aquí si esta en singular, y habla de Jesus, él es el único camino, sino que lo cojo será sanado.

Si estas buscando a Dios y te cuesta o sientes un gran hielo en tu corazón, tal vez sea necesario restaurar tu comunión con Dios, pues levanta tus manos caídas y tus rodillas paralizadas y luego haz sendas derechas para tus pies. Entonces comienza a disfrutar y cuidar tu nueva relación con Dios.

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