jueves, 4 de septiembre de 2014

LA PREVIA.

"Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron: —Este es un lugar alejado y ya se está haciendo tarde. Despide a las multitudes para que puedan ir a las granjas y aldeas cercanas a comprar algo de comer. Jesús les dijo: —Denles ustedes de comer. —¿Con qué? —preguntaron—. ¡Tendríamos que trabajar durante meses para ganar suficiente a fin de comprar comida para toda esta gente! —¿Cuánto pan tienen? —preguntó—. Vayan y averigüen. Ellos regresaron e informaron: —Tenemos cinco panes y dos pescados. Entonces Jesús les dijo a los discípulos que sentaran a la gente en grupos sobre la hierba verde. Así que se sentaron en grupos de cincuenta y de cien. Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró hacia el cielo y los bendijo. Luego, a medida que partía los panes en trozos, se los daba a sus discípulos para que los distribuyeran entre la gente. También dividió los pescados para que cada persona tuviera su porción. Todos comieron cuanto quisieron, y después los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró de pan y pescado. ¡Un total de cinco mil hombres y sus familias se alimentaron de esos panes!" 
(Marcos 6:35-44 NTV)

Este es uno de los milagros más conocidos de Jesús, pero es inagotable la riqueza de la palabra de Dios y hoy comentaremos algunos de estos detalles.

"Despide los para que puedan ir a sus casas"
Los discípulos reconocían la necesidad de la gente, no eran indiferentes a ella, pero al mismo tiempo se encontraban a sí mismos incapaces de afectar esa necesidad, o darles una respuesta, a pesar que Jesús estaba con ellos, y conocían su poder, aún sus mentes estaban limitadas por las circunstancias, y no sabían que la solución para toda esa gente estaba en sus manos.

"Denles ustedes de comer"
Este fue un golpe directo al corazón, ¿cómo esperaba Jesús que ellos hicieran semejante cosa?, pues Dios estaba desafiando su fe, les estaba diciendo, "en sus manos está lo que ellos necesitan, ustedes tienen el poder de cambiar la realidad de esta gente". El problema con los discípulos era que aún no sabían quienes eran, y no eran conscientes del poder y la unción que Jesús había depositado sobre sus vidas.
Este también fue un voto de confianza, pues también con esto Jesús les estaba diciendo "Yo se que ustedes pueden hacerlo, se que van a lograr llegar a toda esta multitud y cubrir su necesidad, yo creo en ustedes". Esto es realmente hermoso, que Jesús haya confiado así en nosotros.

"Tenemos cinco panes y dos peces"
Ese era todo el capital; nada mejor para realizar un milagro que los pocos recursos y las limitaciones humanas, ahí es donde Dios se glorifica, en lo poco, pero ese poco fue puesto en las manos de Dios y se transformó en mucho.
Esos panes y esos peces nos representan, nuestras vidas deben ser ofrendadas a los pies de Jesús, el debe tomar ese pan y partirlo y poner sobre el su bendición y la gente comenzara a saciarse.

"Siéntense en grupos de cincuenta"
Esta instrucción fue dada a los discípulos, ellos tenían que hacer este trabajo, creo que esto tardo muchos minutos, recuerde que era una gran multitud, y en este tiempo algo estaba despertando en el corazón de cada discípulo; para ponerlo en lenguaje actual "fue la previa del milagro". 
Piense esto, sólo minutos antes sus corazones estaban desanimados, se veían impotentes de satisfacer el hambre de la multitud, pero de pronto son desafiados fuertemente por Jesús y se ven a sí mismos haciendo grupos de cincuenta; sólo hacían lo que se les había dicho, pero mientras lo hacían despertaba su fe, veían a la gente comiendo y comenzaron a alegrarse, ya para cuando el milagro ocurrió, sus corazones estaban rebosando de alegría... Bendita previa¡¡¡

Han cambiado el escenario y los actores, pero las circunstancias siguen siendo las mismas, una gran multitud necesitada de Dios, discípulos con un diagnóstico algo lejos del corazón de Dios, pero un Padre tan amoroso, y es tan grande su amor por la gente, que toma nuestro poco y lo transforma en mucho. 
Hoy sólo nos queda ofrendarnos a sus pies, rendirnos ante su inagotable misericordia, permitir que el nos rompa como a esos panes, que sean rotos los pensamientos de temor, de fracaso y de limitación y que aceptemos que Dios ha puesto en nuestras manos la respuesta de miles de personas.
Hoy estamos en la previa, comencemos a contar a la gente de cincuenta en cincuenta y sean abiertos  nuestros ojos para el milagro de Dios; vidas transformadas.

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