"Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.
Abrí yo a mi amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió"
(Cantares 5:2, 6 RVR1960)
Todos los estudiosos de la Biblia coinciden en que el libro de Cantar de los Cantares es de interpretación natural para parejas, de la relación de un esposo con su esposa, y aplicarlo a cuestiones espirituales es forzar en parte el propósito del escritor, sin embargo la Biblia dice que el Señor es el "esposo" (Isaías 54/5), y también dice que nosotros, su iglesia, somos la novia del Señor (Apocalipsis 19/7), así es que hoy vamos a aplicar estos versículos de Cantares a nuestra relación con nuestro amado Señor.
"Yo dormía, pero mi corazón velaba", esto parece una contradicción, pero me habla de una lucha interna en la novia, su corazón anhelaba estar despierto, esperar a su amado y recrearse en su amor, pero el cansancio y el sueño de su carne pudo mas que ella y se durmió. La Biblia dice en Galatas 5/17 "El deseo de la carne es contra el espíritu", nuestra naturaleza física nunca querrá buscar a Dios, ella ama lo que le cause placer y comodidad, pero nuestro espíritu gime por la presencia del Señor, por esta razón buscar a Dios es una lucha donde nuestro mas grande enemigo somos nosotros mismos, buscar a Dios requiere determinación.
Lo triste fue que el esposo la encontró dormida, él pudo ver en esa actitud el desinterés de su amada, la indiferencia tal vez, porque lo amaba, pero no tanto como para vencer su propio sueño.
"Ábreme hermana mía, amiga mía...", el esposo gritaba muy fuerte desde la calle, era el llamado del amor que nadie quería atender, yo veo en ese llamado la urgencia del Señor por estar con nosotros, veo que Dios quiere estar en intimidad con su esposa, que somos tu y yo, y que podamos disfrutar su amor y dulzura, tal vez nuestro sueño ha impedido que oigamos ese llamado, pero cada día, cada noche, a cada instante nuestro amado esta llamando, si tan solo pudiéramos oírlo nuestro corazón se derretiría por abrirle la puerta. Hay algo que me emociona mucho, y es que el quiere estar conmigo, él nos desea, la Biblia dice en Santiago 4/5 "El nos anhela celosamente", no quiere compartir nuestra atención y nuestro amor con nadie mas.
"Porque mi cabeza esta llena de rocío". Gran parte del territorio judío es desértico, son zonas áridas y secas, la lluvia es escasa, pero en las noches se condensa la humedad y cae el rocío, esta fina llovizna es fundamental para la vida y para la agricultura, sin este rocío no habría cosecha. La Biblia dice: "Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto" (Zacarías 8:12 RVR1960).
Con esta expresión "Tengo mi cabeza llena de rocío", el esposo nos esta diciendo, la única forma de que des el fruto que yo he determinado para ti es que abras la puerta y estés conmigo, el fruto solo viene por causa de la intimidad con el Señor, el fruto no es un fin en sí mismo, es una consecuencia de haberle abierto la puerta al amado.
"Yo abrí, pero mi amado se había ido", el esposo no llamó para siempre, hubo un tiempo en que se cansó de llamar y se fue, imagino el dolor de la esposa al dar voces por su amado, correr por las calles buscándolo, pero no lo encontró, ya no estaba.
La Biblia dice: "Si hoy oyeres mi voz no endurezcas tu corazón" (Hebreos 3/15), la oportunidad de Dios para nosotros es ahora, hoy es el día que Dios esta llamando por ti y por mi, simplemente debemos tomar una decisión, dejar a un lado todo lo que estemos haciendo y atender al amado, el esta llamando todavía, abre la puerta¡¡¡
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