lunes, 13 de octubre de 2014

LA BELLEZA DEL PERDÓN

L"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo"
(Efesios 4:32 RVR1960)

Se dice que Luis XII antes de ser rey de Francia tenía muchos enemigos, y una vez que ocupó el trono hizo una lista con todos sus enemigos y marcó al lado de cada nombre una cruz, sus enemigos huyeron tan pronto supieron esto, pero el rey rápidamente les envía a buscar garantizándoles su seguridad, cuando llegaron ante el rey les dijo "hice la lista y marque sus nombres con esa cruz, para que cada vez que vea esa cruz recuerde que Jesus en esa cruz perdonó a sus enemigos".

Si hablamos del perdón, hablamos de Jesus y de la mayor muestra de perdón que podamos imaginar; la cruz, pues es en esa cruz donde conocemos el amor de Dios y experimentamos su perdón, podemos decir que toda vez que exista perdón, habrá un pedacito de la cruz allí.
No es  natural dar el perdón, nuestro ego reclama "justicia", sin embargo son múltiples los beneficios de perdonar; trae sanidad, libera el alma, desata la paz interior, ayuda a restablecer relaciones, etc. Hoy encontraremos en el texto de inicio tres hermosos atributos asociados al perdón.

El perdón trae la compasión
"Antes sed benignos". La benignidad es hacer el bien, pensar favorablemente en otros, ponerse en su lugar, o tener compasión. La exhortación que hace este versículo es a perdonarnos unos a otros, pero es interesante que primero asocie el perdón a la benignidad, pues siempre que haya verdadero perdón, su origen o raíz será la compasión. Preguntémonos ¿que fue lo que movió a Jesus a venir a la tierra? ¿Que hizo que él diera su vida por nosotros?, fue su amor compasivo, pues nosotros no teníamos ninguna otra opción. Cada vez que perdonemos estamos creciendo en ese corazón compasivo, estamos negando nuestra propia naturaleza rencorosa y estamos rompiendo la indiferencia hacia la necesidad de otros.

El perdón te acerca al corazón de Dios
"Misericordiosos". Podríamos decir que la misericordia es "pagar lo que no merece", cuando alguien nos ofende, lo que merece es nuestro rechazo, merece recibir la misma moneda, pero la misericordia te llevará a pagar bien por mal. La misericordia es un atributo de Dios y cuando nuestro corazón esta lleno de Dios también se dejara ver un poco de esa misericordia en nosotros.
Hace unos días vi abrazarse a un padre y una hija, alguien podrá pensar que eso es lo mas natural del mundo, pues no en ellos, jamás se habían abrazado, lo único que hubo entre ellos fueron heridas, ofensas, rechazó, pero ese abrazo de perdón fue una aproximación al corazón de Dios, un Dios de misericordia.

El perdón te hace consciente de tu necesidad de perdón 
"Como Dios también os perdonó". Cada vez que perdonamos ocurre algo muy interesante, viene a nuestra memoria nuestra propia necesidad de perdón, porque aveces nos ocurre lo de la parábola del Señor, que se nos ha perdonado una deuda impagable, pero resistimos perdonar una deuda mucho menor a nuestro hermano, y el perdón nos aterriza con esta realidad: "mira como Dios te ha perdonado a ti mismo".
No es que Dios nos reproche lo que nos ha perdonado, porque él se olvidó de todos nuestros pecados, ni que vivamos esclavos del pasado, porque Dios nos llama a mirar hacia adelante, se trata de mantener nuestro corazón en humildad y ser consciente de nuestra necesidad de perdón.

El perdón es hermoso, tiene el poder de cambiar el ambiente en un segundo, de alegrar el corazón, incluso aveces de sanar físicamente, y según lo visto hoy, nos hace crecer en la compasión, acercarnos al corazón de Dios de toda misericordia y mantener nuestro corazón bien aterrizado.
Que hoy sea un día para disfrutar la belleza del perdón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario