lunes, 20 de octubre de 2014

BUSCANDO EL REINO

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas"
(S. Mateo 6:33 RVR1960)

En nuestros tiempos no tenemos incorporado el concepto de "reino" como en la antigüedad, y nos suena casi decorativo que la palabra  hable tantas veces del reino de Dios, de hecho Jesus comienza su ministerio anunciando que había llegado el reino de Dios, y explica con muchas parábolas como es el reino de Dios o reino de los cielos. Los judíos lo entendieron literalmente, ellos creyeron que el Señor venia a romper el yugo romano y restaurar el reino de David, y aunque vendrá el tiempo en que Dios reinara toda la tierra, Jesus vino a establecer el Reino de Dios en el corazón del hombre. 

Entendiendo el Reino 
Israel había tenido por mucho tiempo  una monarquia y aunque tuvieron algunos reyes muy ungidos, la mayoría se corrompieron y apartaron al pueblo del Señor, hoy las naciones han adoptado un sistema de gobierno democrático y parece funcionar, sin embargo el deseo del corazón de Dios siempre fue el sistema teocrático, que Dios gobernará los destinos de la nación, pero Dios no reinará  una nación si antes no reina en el corazón del hombre, por eso Jesus vino a establecer su Reino en nuestro corazón, el quiere gobernar nuestras vidas. De modo que cuando hablamos del "Reino de Dios", hablamos primero de un sistema de gobierno en el corazón del hombre.
No existe la "democracia espiritual", no puedes estar en el Reino de Dios y gobernarte a ti mismo, la Biblia habla claramente de dos reinos, el Reino de Dios y el Reino de las tinieblas, y estar en el Reino de Dios significa aceptar el señorío absoluto de Cristo y su palabra.
Necesitamos ver a Jesus como un Rey, el rey en la antigüedad era dueño de todo, de las tierras, de los recursos, y de las vidas de las personas, su autoridad era incuestionable, jamás podías presentarte ante el rey con una actitud incorrecta, sin humillarte ante él  o sin un presente, jamás podías darle la espalda o mirarlo sin que él te autorice, toda esta reverencia hablaba de la grandeza del rey y del reconocimiento de la gente hacia su majestad y poder. 
Un rey siempre estaba pensando en extender su reinado y todo su pueblo estaba a disposición del rey para la conquista, porque entendían muy bien que sólo tenían dos opciones, o conquistar o ser conquistados, quienes se negaban a la conquista eran vistos como detractores del reino y los mataban, ¿Estamos conquistando para el Reino de Dios?, la otra opción no es buena.

El Reino primero
El contexto de esta palabra son los afanes y las preocupaciones, entonces Jesus establece el Reino como una prioridad en nuestras vidas, enseñándonos que la única forma que las necesidades, aflicciones, enfermedades, problemas, etc, no estresen y destruyan nuestras vidas es poner al Rey primero, invertir las prioridades y depender de Dios y no de nuestras fuerzas, porque entonces el Rey que es todo poderoso e infinitamente rico, se encargara de añadir todo lo que podamos necesitar. 
La vida en el Reino de Dios es diferente que en el otro reino, en el Reino de Dios tu te preocupas de la necesidad del Rey y él se preocupa de la tuya, en el Reino de Dios el que sirve es el mas grande y el que da recibe más que el que guarda, en el Reino de Dios no hay mil opiniones que confundan, esta solo la voz del Rey y esta trae paz y luz.
Para vivir en el Reino de Dios debe estar en el primer lugar de tu vida.

Buscando el Reino 
Jesus habló de buscar el Reino, y esto es una acción, una actitud nuestra;  antiguamente entrabas a un reino cuando eras conquistado por éste, pero el Reino de Dios no somete a la gente, ni le impone la voluntad del rey para hacerle parte del Reino. Jesus le dijo a Nicodemo "...El que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios"; necesitamos nacer al Reino de Dios,  y este es un nacimiento espiritual;  nacer del agua nos habla del arrepentimiento, de un giro en nuestra vida, de un cambio de rumbo, el arrepentimiento es en simple abandonar nuestro autogobierno y entregarle el timón de nuestra vida a Dios, y nacer en el Espíritu habla de la obra del Espíritu Santo en nosotros, él  nos limpia, nos regenera, nos da un nuevo corazón, y nos llena de su presencia, solo entonces comenzamos la vida de reino.
Buscar el Reino entonces, implica primero nacer al reino y luego la determinación de permanecer en la presencia del Rey y hacer su voluntad.
Las añadiduras serán las consecuencias de vivir en el Reino, y de que sea prioridad en mi vida.

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