sábado, 4 de octubre de 2014

SALVAME ¡¡¡

"Oh SEÑOR, si me sanas, seré verdaderamente sano; si me salvas, seré verdaderamente salvo. ¡Mis alabanzas son solo para ti!"
(Jeremías 17:14 NTV)

Esta fue la desgarrada oración de Jeremías, y no solo interpretaba su propio corazón, sino que también representaba a toda su nación, él veía la necesidad de ser restaurados, sanados y salvos y entendía que esta respuesta solo la podía encontrar en Dios.
¡Sálvame!, este verbo aparece mas de 200 veces en todo el antiguo testamento, y varios años más tarde, Juan lo entendió y dijo "el verbo estuvo desde el principio con nosotros y ahora vivió con nosotros, Jesus es el verbo" (Juan 1/1, paráfrasis). Jesus, en hebreo YESHUA, significa "El Salvará", la respuesta a la oración de Jeremías y a toda necesidad humana es Jesus, el verbo "salvar" solo se conjuga en Él.

El grito de salvación ha estado siempre en el corazón del hombre, ya que Dios nos creó con la necesidad de tener una estrecha relación con él, esta dependencia de Dios nos da seguridad, felicidad y real sentido de identidad y propósito, pero cuando el hombre se apartó de Dios vino ese vacío interior y nace la necesidad de ser rescatado o ser salvo.
Esta búsqueda de salvación ha llevado al ser humano a tocar las puertas equivocadas, al principio intentó ser salvado a través de rituales, idolatría y religiones, y aun hasta hoy muchos lo hacen, pero la religión tiene un problema, es solo un sedante a la real necesidad humana, no es la salvación. Luego muchos intentaron ser salvos, encontrándole sentido y propósito a sus vidas a través del pensamiento; la ciencia y el conocimiento, y sólo lograron hacer mas grande esa necesidad.
En nuestra cultura por ejemplo, aunque somos una nación tan joven, hemos buscado salvación en la ideología. Y por muchas décadas el pensamiento político absorbió la inquietud de la gente, dándoles ciertas respuestas, con el tiempo todos esos pensamientos se derrumbaron, no solo en nuestro país, sino en el mundo. Posteriormente buscamos ser salvos desde el más profundo de los egoísmos e indiferencias, y nació el "Niaismo", no estabas "ni ahí" con nada, el individualismo y materialismo intentaron  rescatarnos de la ideología y de nuestras miserias, pero tampoco lo lograron.
Hoy, cuando miramos a nuestro alrededor, parece no haber avanzado nada en el tiempo, y la necesidad humana más elemental, pero también más trascendente, la necesidad de salvación sigue tan vigente como en tiempos de Jeremías, solo que hoy ese grito es silencioso, pero si logramos agudizar nuestros sentidos, comenzamos a escuchar en el corazón de la gente, oiremos un clamor; ¡Salvame! y ya sabemos que ese verbo solo se conjuga en JESUS.
Comprometámonos con la salvación de nuestra generación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario