(Salmos 24:7-10 RVR1960)
Usted leyó bien, David le estaba hablando a las puertas, y lo más sorprendente es que las puertas le responden¡¡. No es posible saber con certeza en qué circunstancias David tiene esta conversación con las puertas, pero hoy vamos a imaginarnos la siguiente escena; David venia de regreso a Jerusalén luego de una aplastante victoria sobre sus enemigos, todo su valiente ejército detrás de él, dando gritos de alegría y festejos, los sacerdotes hacían sonar sus trompetas y bocinas, y las doncellas danzaban al son de los panderos, de pronto llegan a Jerusalén, y ve que las puertas de la ciudad, altas, imponentes y firmes, estaban cerradas; entonces David con voz muy fuerte les dice: "Puertas, doblen sus cabezas ante el Rey, para que entre en la ciudad"; no les pide a las puertas que se abran, sino que se postren, para graficar la grandeza del Rey que entraría en la ciudad.
Hablarle a las puertas suena a una locura, pero David entendió la importancia de abrir esas puertas, y lo hizo a través una declaración. Hoy reflexionemos acerca de esta acción del rey David.
La victoria en la guerra no tiene sentido si no entra el Rey
David sabia que la victoria no estaba en lo diestro de su ejército, ni en las estrategias de guerra, sino en que Dios iba con ellos, el Rey de reyes estaba con ellos y eso les hacía invencibles, sin embargo después de cada conquista venia un tiempo que para David era mas importante que la conquista misma, el tiempo en que el Rey de la gloria entrará en la ciudad y viviera con ellos, disfrutar su cercanía, su presencia día a día; ¿que sentido tenía recibir la respuesta de Dios y dejar a Dios fuera de la ciudad, fuera de sus vidas?.
Muchos se conforman con la victoria que Dios les haya dado, con su respuesta, y con los vítores de celebración de cada domingo, pero recién ahí comienza la mejor parte, la que Dios se hace parte de nuestro cotidiano, él es Emanuel, Dios con nosotros.
Cuando el Rey iba a entrar en la ciudad, para vivir con la gente, encontró puertas cerradas, y la principal puerta que impide que el Rey entre es la puerta de la altivez, por eso David les ordena portarse; hay altivez en olvidar al Rey después de la victoria, hay altivez en no hacerlo parte importante de tu vida y hay altivez en no buscarlo; por eso el Rey no entró en nuestra ciudad y familias. Hoy tenemos que alzar la voz a esas puertas y decirles que se dobleguen, solo así entrará el Rey de gloria.
Las puertas muestran resistencia
Me parece que la pregunta ¿quién es el Rey de gloria? Fue la respuesta de las puertas, y lo hace dos veces, como poniendo en entredicho su gloria, resistiendo su entrada a la ciudad. Siempre que quiera profundizar en su relación con Dios, invitarlo a reinar cada área de tu vida, invitarlo a vivir contigo en casa, habrá resistencia, tendrás que levantarte decidido, desafiante, tendrás que hablarle muy claro a todas las puertas que se quieran cerrar para que no entre el Rey, aunque parezca locura, háblele a las puertas, hasta que se abran.
Se postraron las puertas eternas!!!
Cuando David agrega la expresión "Alzaos vosotras puertas eternas", Dios le cambio de escena, David comenzó a ver a Jesus entregando su vida en la cruz, en lo que fue la madre de todas las batallas, la mayor conquista jamás vista, Jesus el Rey venia de la guerra, listo para entrar a la Jerusalén celestial y le habla a las puertas eternas que dejen entrar al Rey.
David pudo ver que a través de esa conquista del Rey en la cruz, se alcanzarán todas nuestras conquistas y se abrirán todas las puertas que puedan permanecer cerradas, que debemos reclamar esa conquista como nuestra, apropiarnos de ella y avanzar.
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