domingo, 19 de octubre de 2014

CRECIENDO CADA DÍA

"Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres"
(S. Lucas 2:51-52 RVR1960)

Todo lo que Dios creó tiene el mandato de crecer, la vida en todas sus formas está constantemente desarrollándose, aún nosotros, desde que nacemos nuestros cuerpos están continuamente evolucionando, solo para de crecer o desarrollarse con la muerte,  podemos decir entonces que todo lo que está vivo va a tender al desarrollo, o al crecimiento.
Jesus no fue la excepción, en el párrafo anterior, le encontramos de edad de doce años, pero asombraba a los doctores de la ley, se estaba cumpliendo en Jesus el principio natural ordenado por Dios, Jesus estaba creciendo, y detalla su crecimiento en tres formas; en sabiduría, en estatura y en gracia, que hoy también sea nuestro anhelo crecer en esto.

Jesus crecía en sabiduría. ¿Jesus tenía doce años y era sabio?, alguien dirá; "claro porque era el hijo de Dios, así cualquiera", pero la verdad es que nadie nace sabio, es decir la sabiduría no es una virtud humana, de modo que algunos nazcan con ella y otros no, la sabiduría se adquiere, y todos debemos adquirirla de la misma manera, incluido Jesus.
Algunos confunden la sabiduría con la inteligencia, y son completamente diferentes, la inteligencia es la capacidad de entender el medio, sus leyes y ciencias, la capacidad de aprenderlo y de usarlo a tu favor, la capacidad de crear, la inteligencia es propia de cada ser humano, aunque cada uno la desarrolla en diferentes formas y niveles. La sabiduría no es propia del ser humano, puedes ser muy brillante, el más inteligente, pero no tener sabiduría. La sabiduría es la capacidad de ver la vida como Dios quiere que la veas, y esto te lleva a tomar buenas decisiones y a vivir en paz y felicidad.
La sabiduría no nace con nosotros, ni viene sola, debemos crecer en ella, la Biblia dice que el principio de la sabiduría es el temor al Señor (Proverbios 1/7), cuando acercamos nuestro corazón al Señor, a oír su palabra, cuando comenzamos a obedecer su voz, la sabiduría comienza a crecer en nosotros.

Jesus crecía en estatura. Si bien esto habla también de su estatura física, se refiere además a un nivel espiritual, muchas veces enfocamos nuestras vidas mas en lo natural, y es bueno, pero nuestro espíritu también necesita crecer, necesitamos crecer en nuestra relación con Dios, no puede ser la misma hoy que hace un año, necesitamos crecer en la fe, crecer en la oración, y no me refiero al tiempo que dure la oración, sino a la intimidad con Dios, crecer en los dones que Dios ha puesto en cada uno, crecer en la compasión por los perdidos, crecer en nuestro compromiso con Dios, crecer en la comprensión del llamado, en el servicio, crecer en el amor y muchos etcéteras mas, recuerde que lo que está vivo crece.

Jesus crecía en gracia. La gracia te hace tener buen favor con alguien, Jesus crecía en gracia con Dios y los hombres, es decir le caía bien a la gente, pero también Dios tenía una buena opinión de él, parece que las cosas que nos agradan de las personas también le gustan a Dios, pensemos ¿que nos hace tener buen favor con alguien, o que nos caiga bien?, pues que sea respetuoso, a nadie le agradan los irreverentes o patudos; que sean sinceros, todos sabemos cuando alguien nos miente y lo descalificamos; que sea amable, cordial, amistoso, no te caerá bien alguien que se esconde, que no quiere hablar contigo o que no este dispuesto a estar contigo. Bueno, muchas de las cosas que te agradan a ti de la gente, son las que le agradan al Señor de ti. Jesus crecía en gracia, es decir desarrolló las habilidades de caerle bien a Dios y a las personas.

Quizás  tu pienses, es que yo no le caigo bien a la gente o a tal persona, tal vez hoy es un buen día para decirle a alguien "que te parece si comenzamos de nuevo, hola mi nombre es....", y te esfuerzas en hallar gracia en esa persona. Pero por sobre todo hoy es un  buen día para comenzarle a caerle bien a Dios y hallar gracia delante de él y determinarnos a crecer en sabiduría, en estatura y gracia.

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