martes, 28 de octubre de 2014

VENCIENDO LAS DISTRACCIONES

"Muy temprano a la mañana siguiente, Jesús salió a un lugar aislado. Las multitudes lo buscaron por todas partes y, cuando por fin lo encontraron, le suplicaron que no se fuera. Él les respondió: «Debo predicar la Buena Noticia del reino de Dios también en otras ciudades, porque para eso fui enviado». Así que siguió recorriendo la región, predicando en las sinagogas de toda Judea"
(Lucas 4:42-44 NTV)

Las distracciones pueden sonar inofensivas, pero puede llegar a ser fatal; si te distraes cuando vas conduciendo con tu celular, puedes tener graves consecuencias, o si se distrae un doctor mientras opera, puede causar daño más que solucionar un problema. Todos los seres humanos tenemos que lidiar con la distracción, al parecer nuestro cerebro solo acepta una cantidad de tiempo concentrado en algo especifico y luego debe relajarse, el punto es como mantenerse enfocado, sin desviarse del propósito.
La distracción también es el arma favorita del enemigo para apartarte de la voluntad de Dios, para restarte eficacia, para adormecer los sentidos espirituales y en lo posible para destruirte. Todos los hombres de Dios en la Biblia debieron luchar con la distracción; Abraham por ejemplo debió batallar con las distracciones, primero en su propia mente, porque las circunstancias decían una cosa y su corazón otra, luego debió lidiar con distracciones familiares, porque su sobrino se metía en problemas. Moises pudo ser distraído por la crítica o las necesidades económicas del desierto. David también enfrentó la distracción por su posición de éxito y gloria, y desvío su corazón del centro de la voluntad de Dios, y podemos continuar con una lista interminable de ejemplos, pero en definitiva la distracción siempre será un enemigo peligroso y parte nuestro éxito estará en identificar y vencer la distracción.

Una buena pregunta hoy puede ser ¿cómo evitar las distracciones o como vencerla?, pues la respuesta esta en Jesus, veamos como lo hizo él:
 
No descuidar la oración 
Lucas 4/42 comienza diciendo "Muy temprano, Jesus salió a un lugar aislado", no era que estaba cansado del asedio de la gente y necesitaba su "momento de soledad", sino que era su tiempo con el padre, el buscaba esos tiempos para orar, el éxito de su ministerio no estaba en que era Dios y podía hacer todos los milagros que quisiera, su éxito estaba en que era un hombre de oración.
La oración te libra de la distracción, porque mantiene tu corazón enfocado en la presencia de Dios, es en la oración que son renovadas tus fuerzas, es en la oración que viene luz y dirección, y es en la oración que mantenemos la conexión con Dios, esa relación de intimidad solo se cultiva en la oración.
Si Jesus, siendo Dios hecho hombre, necesitaba esos tiempos de soledad con el Padre, cuanto más nosotros. Debemos transformarnos en guardianes de ese tiempo de oración y defenderlo como lo hizo Daniel, que aún cuando se lo prohibieron, continuó buscando a Dios, solo así evitaremos distraernos del propósito de Dios.

Aprender a decir "no"
La multitud detenía a Jesus para que no se fuese, pero en Lucas 4/43 dice que Jesus les dijo que "No". Esto no debió ser sencillo, el Señor les predico la palabra, ellos la recibieron con fe, luego ellos querían seguir compartiendo con el Señor, querían disfrutar su compañía, oír sus enseñanzas, otra versión dice "le impedían que se fuera", es decir la gente insistía en estar con él y con una buena motivación, y esto es lo más difícil, cuando la distracción viene de cosas que aparentemente son buenas, entonces viene el pensamiento que justifica la distracción "igual estas haciendo lo correcto", pero Jesus pudo identificar que aun siendo bueno estar con ellos, le distraía de su propósito y decidió decir no.
Evitar distraernos demandará decir no a muchas situaciones, a amistades, relaciones y personas, pero también a actividades o hábitos, incluso decirle que no a nuestra propia carne cuando quiera disfrutar un tiempo más de descanso.

Ganar almas
Cuando Jesus vio la insistencia de la gente, les dijo con tono claro y seguro: Lucas 4/44 "Es necesario que vaya a predicar". El Señor no se distrajo porque tenía un mandato, una prioridad bien clara en su vida, "ganar almas", y cuando este propósito esta bien marcado en nuestras vidas, nada nos puede apartar o distraer. 
Pablo ganaba almas porque era su pasión, el objetivo de su vida, la razón de su existir, él se sentía deudor de la salvación de la gente; Marcos lo hacia porque aprendió a hacerlo, porque todos lo hacían, porque le gustaba predicar y porque también Dios lo respaldaba cuando predicaba; pero vino la distracción disfrazada de adversidad, persecución, azotes, peligros, etc, Pablo continuó con el mismo ímpetu, Marcos decidió devolverse. Cuando ganar almas no es el único propósito de tu vida, nos hacemos vulnerables a la distracción.
Jesus amaba este primer peldaño de la visión: "Ganar", al punto de dar su vida para ganar a toda la humanidad, ganar no era una parte de su vida, era toda su vida.

No se como el enemigo esté intentando distraerte, pero hoy sabes que tienes que hacer para vencer la distracción.

5 comentarios:

  1. Jesus es nuestro mayor ejemplo en todo. Gracias por tan hermoso mensaje

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  2. Precioso mensaje que edifica nustras vidas

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  3. Muy buena palabra mil bendiciones

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  4. GRACIAS POR ESTA PALABRA. DIOS TE BENDIGA.

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