miércoles, 29 de octubre de 2014

QUITANDO LA PIEDRA

"El domingo por la mañana muy temprano, justo al amanecer, fueron a la tumba. En el camino, se preguntaban unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada de la tumba?»; pero cuando llegaron, se fijaron y vieron que la piedra, que era muy grande, ya estaba corrida"
(Marcos 16:2-4 NTV)

Ya hacían tres días que el Señor había muerto, la conmoción en el pueblo era grande, y también en los discípulos, el temor se había apoderado de sus vidas, pero hubo tres mujeres que desafiaron estas circunstancias y compraron perfumes para ir a ungir el cuerpo de Jesus en el sepulcro, entonces surge un gran problema, el sepulcro estaba custodiado por la guardia romana y tenía una enorme piedra en puerta de entrada, esto pudo hacerles desistir, pero ellas estaban decididas a visitar la tumba del Señor, y su sorpresa fue mayor al llegar al sepulcro y ver la piedra corrida.
Esa piedra representa esos obstáculos que te impiden venir a Jesus o aquello que te aparta del Señor y de su propósito, pero mas que un obstáculo real, es un impedimento interno, porque estas mujeres creían que estaba esa piedra, pero en realidad Dios ya la había quitado. 

Una piedra que se levanta entre nosotros y Jesus son los argumentos mentales; estas son ideas o pensamientos que paralizan a las personas, las mantienen alejadas de Dios, les impide tener una relación cercana con el Señor y servirle con libertad. Algunas de estas piedras mentales pueden ser: "pero si yo ya conozco al Señor", entonces como crees que le conoces, no haces nada por conocerle más y vives una relación con Dios plana y sin propósito. Otra piedra: "no puedo hacerlo, soy demasiado débil", este pensamiento es una gran roca, porque jamás podrás hacer algo que crees que no puedes hacer, pues mientras enfoquemos en nuestras capacidades y no en el poder de Dios, nada ocurrirá. Otra piedra es: "y si no funciona", muchos temen conquistar cosas en su vida sentimental, familiar, laboral y ministerial, porque se levantó la piedra de la duda, esa inseguridad les impide realizar el propósito de Dios en sus vidas, una pequeña duda frente a un desafío te roba toda la bendición.
Pueden existir miles de piedras mentales que se levanten para no venir a Jesus, lo interesante es que si con todo y piedra te determinas a venir, te darás cuanta al llegar que la piedra ya estaba corrida.

Otra piedra es el afán. Las ocupaciones y afanes son la forma que el enemigo ha utilizado hoy en día para esclavizar a la gente, para impedirles venir a Jesus. Cuando dispones tu corazón para servirle se levanta esta piedra: compromisos sociales, sobre trabajo, deberes familiares y mil ocupaciones que gastan todo tu tiempo y fuerzas. Así también lo hizo el Faraón con Israel cuando quisieron ir a su encuentro, les dio doble carga de trabajo, es decir les puso una gran piedra para que no puedan buscar a Dios y servirle.
Luego que el enemigo pone esta piedra, establece una declaración de buena intención en el corazón de la gente y es el siguiente "Si no estuviera tan ocupado y tuviera tantas responsabilidades serviría al Señor con todo", con eso logra acallar la conciencia, pero te mantiene lejos del Señor y su propósito. 
Israel tuvo que romperle la agenda al Faraón, esta fue una acción osada, pero eficaz, se pusieron de pie y dijeron "No haremos mas lo que tu nos pautees, desde ahora haremos la voluntad de Dios". Muchos dicen "si Dios quiere que le sirva, que me quite tantos deberes", Dios jamás ordenará tu agenda, esta es una acción  que debes hacer tu, con determinación y valor.

Que sorpresa para estas tres mujeres, cuando al llegar al sepulcro vieron que no estaba la guardia, Mateo cuenta que vino un terremoto y un ángel del Señor corrió la piedra y el resplandor del  ángel los aturdió y cayeron desmayados, Dios ya se había encargado de quitar ese obstáculo.
Hoy Dios nos dice "Solo ven y yo quitare la piedra".

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