martes, 15 de julio de 2014

AGRADARLE A DIOS

"Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;
A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños"
(‭Daniel‬ ‭1‬:‭8-9, 17‬ RVR1960)

Sólo 30 segundos se necesitan para formarse una primera impresión de una persona, estudios señalan que esa impresión tiende a ser muy ajustada y que condicionaremos la relación con esa persona con esta impresión.

Daniel y sus amigos tuvieron esa primera impresión con el jefe de los eunucos y hallaron gracia delante de él.
Pero hay una impresión, una opinión más importante que todas las percepciones, Daniel había hallado gracia con el jefe, pero antes había agradado a Dios.

¿Qué opina Dios de mi?, ¿Le agrado?, alguien puede decir que eso nunca lo sabremos, pero si podemos saber a la luz de la palabra de Dios que cosas le agradan a Dios y de esa forma evaluar si le agrado.
¿Qué había en Daniel que agrado a Dios?, reflexionemos acerca de algunas de estas cosas.

Daniel agrado a Dios porque guardó su corazón.
Daniel pudo tener la excusa perfecta para desobedecer, estaba en otra tierra, había sido sometido por sus enemigos y obligado a cumplir normas contra la palabra de Dios, sin embargo el determinó no contaminarse, él entendía que su corazón era la habitación del Señor y no podía permitir ensuciar ese lugar.
"Guarda tu corazón porque de el Mana la vida" (Proverbios 4/23), guardar el corazón es determinar no contaminarlo.

Daniel agrado a Dios porque le honró.
Honrar es respetar, es reconocer la dignidad de alguien y reverenciarlo, pero ¿cómo honrar a Dios?, la Biblia dice: "El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor (‭Malaquías‬ ‭1‬:‭6‬ RVR1960). Honras a Dios obedeciendole, reconociéndolo públicamente, le honras entregándole tu vida, tu tiempo. Le honras dándole lo mejor de ti.

Daniel agrado a Dios porque temió a Dios.
Ese temor se manifestó de varias formas, primero en su relación con Dios, Daniel valoraba su tiempo con Dios y aunque fue emplazado a dejar de hacerlo no estuvo dispuesto a transar con su intimidad con Dios.
Daniel temía a Dios confiando ciegamente en el, en varias oportunidades fue amenazado y expuesto a castigos feroces, pero permaneció confiando en el Señor hasta el final, temía a Dios, no a las circunstancias, ni a sus enemigos.
También temía a Dios amandole y sirviéndole con esperanza, comprometido con la necesidad de su pueblo, orando por la restauración, aunque el estaba en el palacio, su corazón se afligía con el dolor de su nación.

Daniel agrado a Dios, y Dios le dio inteligencia, entendimiento y visión. Hoy debemos procurar agradar a Dios, que agrades a otros es bueno, pero agradar a Dios es lo mejor, pues la visión sólo esta reservada para quienes le agraden.

1 comentario:

  1. La desicion que siempre agradara a Dios es la determinación nuestra de no contaminarnos y de guardar el corazón para servirle en santidad.

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