miércoles, 30 de julio de 2014

ENCUÉNTRALA PRONTO ¡¡¡

"Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo"
(‭Joel‬ ‭1‬:‭9‬ RVR1960)

Belen mi hija debió tener unos 3 añitos, estábamos de compra en una multitienda y era una tarde muy agradable, de pronto me doy cuenta que Belén no estaba con mi esposa y le digo con mucha aflicción ¿y la niña?, y ella me responde ¿no estaba contigo?, era verdad, yo la tenía, ¡¡ Había perdido mi hija !!, la desesperación me atrapó y comencé a dar voces, gritos angustiados por todas partes ¡Belén, Belén!, corría por todos lados, fueron minutos eternos, sólo quería encontrarla y abrazarla, hasta que se nos ocurrió mover un mostrador de ropa circular y estaba ahí, sentadita en el centro, jugando a esconderse, literalmente sentimos que nuestra alma volvió a nuestro cuerpo.
Si has perdido algo así de valioso, habrás experimentado la desesperación de encontrarlo pronto.

En tiempos de Joel tuvieron una gran pérdida, la nación se había olvidado de Dios, vivieron mucho tiempo en una especie de ir y venir con Dios, pues aveces se acercaban a él y eran fieles y luego se olvidaban y hacían su vida lejos de el.
Dios tuvo mucha paciencia, por siglos los esperó dándoles una y otra oportunidad, enviándoles mensajeros para que se vuelvan a Dios, pero ya habían enraizado en sus corazones una relación "siclica" con Dios, aveces bien y aveces mal.
Ante esta situación Dios tomó una decisión radical, él quería estremecer sus vidas, confrontarles con su  realidad y envió un ejército de langostas, cientos de miles de ellas y en sólo unas horas devoraron todo, no quedó nada en los campos, nada en las bodegas, nada.
Esto sin duda fue una gran pérdida, ya no había sustento en toda la nación, cuando de pronto alguien grita: ¡¡ desapareció la ofrenda ¡¡ (Joel 1/9), las langostas habían entrado al templo y se habían robado el trigo y el mosto, ya no podrían hacer  ofrendas, ni sacrificios.
Hoy quiero reflexionar acerca de esta gran perdida.

Dios se cansó de ellos
Dios se había cansado de la indiferencia de sus hijos, se cansó de llamarlos y que no vinieran, se cansó de oír sus oraciones repetitivas y sus tamboriles huecos, entonces Dios envió un juicio y las langostas lo ejecutaron: "No habrá más ofrenda". La ofrenda en ese tiempo representaba la única forma de relacionarse con Dios, es como sí Dios les dijera: "No escucharé sus oraciones, no recibiré sus presentes, no aceptaré sus cánticos de adoración, desde ahora yo no estaré más con ustedes".
La Biblia dice que Dios no cambia, es el mismo de ayer, de hoy y de siempre; cuando Dios se cansa cierra sus oídos.

Entren en duelo
Dios le pide un duelo a sus líderes, el duelo es el tiempo del dolor, es el tiempo del llanto por una pérdida irreparable, quién ha experimentado un duelo sabe que nada puede consolarte.
Ahora, ¿como provocar tal dolor en el pueblo?, escuchando el terrible sonido del silencio de Dios, cuando le hablas y sabes que no te escucha, lo adoras, pero tu adoración no cruza el techo, y te das cuenta que él no está allí. En una oportunidad escuche ese silencio, es un frío que cala los huesos, de verdad les digo que no hay nada más terrible que eso, Entonces entras en duelo, nada puede consolarte.

Encuéntrala pronto
Cuando Dios ve tu duelo, y tu desesperación por encontrar lo que habías perdido, es decir, tu relación con el, entonces él mira a la langosta y le dice ¡Basta!, en Malaquias 7/8 dice que Dios no se enoja para siempre y se deleita en la misericordia, y así como guardó silencio también anhela restaurar su relación con sus hijos.
Amigo, si la langosta se comió la ofrenda, si sientes que tu relación con Dios esta estancada y el silencio de Dios parte tu corazón, entra en duelo, desesperante por encontrarla pronto, y comienza a disfrutar de tu nueva relación con Dios.

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