miércoles, 2 de julio de 2014

DOS GRANDES VERDADES.

«Alabado sea el SEÑOR, quien ha dado descanso a su pueblo Israel, tal como lo prometió. No ha faltado ni una sola palabra de todas las promesas maravillosas que hizo mediante su siervo Moisés. (1 Reyes 8:56 NTV)

Dos verdades se desprenden de este texto; primero que el descanso sólo viene de Dios y segundo que Dios cumple su palabra.
Quisiera reflexionar brevemente acerca de esto.

Israel nace de la liberación providencial de la esclavitud egipcia, fue un pueblo nómade, que crece entre conflictos internos y guerras con sus vecinos, en otras palabras, fue una nación que vivió por años en aflicción y en necesidad, con muchos temores e incertidumbres, tal vez una palabra que pueda representar el corazón de este pueblo es el cansancio. Cansados de huir, cansados de sufrir, cansados de pelear y cansados de vivir.
Creo que no es tan diferente de nuestros días, hoy estamos en presencia de una generación cansada. Las exigencias y obligaciones, las deudas y necesidades, la soledad y el estrés, la desilusión y falta de oportunidades, en fin, el sistema provoca un peso interno agotador.
La verdad es que nada puede traer descanso al corazón del hombre, ni las diversiones, ni largas horas de sueño, vacaciones, dinero, nada, sólo Dios, el descanso es un regalo de Dios para aquellos que confían en el.
Jesús dijo: "Vengan a mi los que están cargados y trabajados y yo les daré descanso" (Mateo 11/28), Jesus es el único que puede quitar esa pesada carga, quien ha estado con él vivirá aliviado, no que no tenga problemas, sino que tendrá paz y fuerza para avanzar, su sueño será dulce y sus días confiados. El descanso sólo viene de Dios.

Lo siguiente es que Dios cumple su palabra, a pesar de nuestros errores e indiferencia con él; lo que Dios promete lo cumple.
La Biblia contiene más de ocho mil promesas para nosotros, pero quiero recordar sólo una, tal vez la más relevante; "Todo aquel que crea en Jesús no se perderá, sino que tendrá vida eterna" (Juan 3/16). Dios prometió  darnos vida para siempre, prometió librarnos de la muerte que produce nuestro pecado, ya que a causa de el, todo ser humano estaba condenado a la separación eterna de Dios y al castigo, pero en su gran amor tomó nuestro lugar y dio su vida en la cruz, entonces Dios prometió que todo aquel que crea que Jesús es el Señor, que es Dios y que derramo su vida en la cruz por mis pecado recibirá salvación y vida para siempre. ¿Cree usted en Jesús?, antes de que responda, déjeme explicarle que significa creer en Dios. Creer no es sólo aceptar la existencia de Dios, eso es sólo la mitad de la fe, la otra mitad es hacer lo que él dice. No crees realmente en Dios con la mitad de la fe, por tanto tampoco recibirías la promesa de la vida, verás; Jesús le dijo a la gente: "Porque me llaman Señor y no hacen lo que yo les digo" (Lucas 6/46), en otras palabras, les estaba diciendo ustedes no creen en mi.
Amigo, usted necesita creer en Jesús, no tiene ninguna otra forma de ser libre de la muerte y recibir la vida eterna. Hoy puedes determinarte a creer en Jesús, y puedes comenzar diciéndole lo siguiente: "Señor, me he sentido cansado y cargado, pero hoy he entendido que sólo de ti viene el descanso y la vida y hoy confieso que creo en ti y estoy dispuesto a seguirte, declaro que ti sangré fue derramada para librarme de la muerte y acepto ese sacrificio por mi rescate, amén"

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