viernes, 25 de julio de 2014

NO MÁS SUCEDÁNEOS ¡¡¡

"Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor"
(‭1 Corintios‬ ‭13‬:‭13‬ NTV).

Es impresionantemente parecido, pero no es, el sucedáneo es una imitación perfecta del original, hoy por hoy existe sucedáneo de todo, de la leche, del limón, de la carne, etc.
Esta fue la idea que vino a mi corazón cuando leí acerca de las tres cosas más importantes, tanto así que durarán por siempre; la fe, la esperanza y el amor, me pregunte ¿tendrán sucedáneos estas tres cosas?, pues sí son tan trascendentes "el imitador" (Satanás), habrá hecho sucedáneos de ellos, vea esto.

Sucedáneo de la fe
La fe es un lenguaje espiritual que desafía las leyes naturales, por tanto no es posible entenderla racionalmente, la fe es simple, es creer con certeza sobre una palabra de Dios y ver transformarse las circunstancias, no importando lo imposible que parezca.
El sucedáneo de la fe es la ilusión, esta parece fe; es una imagen mental provocada por el positivismo, pero sin sustento. La fe da a luz un milagro, la ilusión es estéril; la fe es una fuente de motivación constante, la ilusión trae desesperación y frustración al no ver resultados.
Fe o ilusión, ¿qué hay en nuestro corazón?, ¿habremos aceptado el sucedáneo?.

Sucedáneo de la esperanza
La esperanza es provocada por la fe, de modo que sin fe genuina, no hay esperanza, la esperanza es la confianza y certeza en las promesas de Dios y nos capacita para soportar adversidades hasta llegar a nuestra meta y recibir el premio de nuestro llamado. La esperanza pone tu corazón en la perspectiva correcta, no te deja centrar tu vida en el aquí y el ahora, sino que pone tu mirada en las cosas de arriba, en lo por venir.
El sucedáneo de la esperanza es el buen deseo, el anhelo de alcanzar las bendiciones, pero sin proyección, rehusando las metas y evitando las confrontaciones del Reino, este deseo natural no tiene fundamentó más que el buen ánimo, propio del ser humano y como tal es fluctuante.

Sucedáneo del amor
El amor no es un sentimiento, es la esencia de Dios, como en todo ser humano hay algo de Dios, podemos experimentar un poco de ese amor aunque imperfecto y contaminado por nuestro egoísmo.
Dios es amor, esa es su naturaleza, y el muestra su amor hacia nosotros en que siendo pecadores dio su vida por nosotros, el amor de Dios se manifiesta al hacernos hijos de él, y sí hijos, también partícipes de su esencia, de modo que podemos amar porque el padre de amor ha compartido su naturaleza con nosotros.
Por eso Jesús dijo que el único distintivo de un verdadero discípulo es el amor.
El amor te lleva a dar sin interés, te hace perdonar ofensas y aún mirar a tus enemigos con los ojos de Dios, la Biblia dice que el amor es mayor a la fe y la esperanza.
El sucedáneo del amor de Dios es el afecto natural, Jesús dijo "cualquiera ama a los que lo aman", ese no es amor, es afecto natural, y este se transforma en rencor y aún odio ante la ofensa, el afecto natural te hace ver primero por ti.

Llegó el tiempo de quitar los sucedáneos, de entrar en la fe genuina que provoca esa esperanza firme, de llenarnos de Dios, osea de amor, que es la gran carencia de nuestro tiempo, es el tiempo de volver al original, no más sucedáneos.

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