martes, 29 de julio de 2014

QUE RICO AROMA

"Luego Noé construyó un altar al SEÑOR y allí sacrificó como ofrendas quemadas los animales y las aves que habían sido aprobados para ese propósito. Al SEÑOR le agradó el aroma del sacrificio y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa de los seres humanos, aun cuando todo lo que ellos piensen o imaginen se incline al mal desde su niñez. Nunca más volveré a destruir a todos los seres vivos"
(‭Génesis‬ ‭8‬:‭20-21‬ NTV)

Recuerdo algo que me impresionaba de niño, era el olor de las familias, me daba cuenta que cada casa tenía un olor especial y característico, donde los Núñez, donde los Zárate, no eran olores ni buenos ni malos, era el olor de ellos, sin embargo cuando iba donde los Alvarado sentía deseos de quedarme un rato más allí, ese olor me invitaba a permanecer.
Hoy se sabe que la aceptación o rechazo de un lugar o persona, esta estrechamente ligado a los aromas, de hecho las grandes marcas y casas comerciales lo entendieron e identifican su marca con un aroma, tal vez sin saberlo usted permaneció más tiempo en esa tienda sólo por el aroma que había allí.

Después del diluvio Noé construyó un altar, en ese tiempo un altar era un montón de piedras amontonadas con una superficie plana arriba para poner un sacrificio sobre ella. Entonces el altar era un lugar que se levantaba para poner el sacrificio en altura, y esto es una clara alusión a la cruz, el lugar que se levantaría para el sacrificio perfecto de Jesús.
El altar representa la única forma posible de reconciliarnos con Dios, Noé quería acercarse a Dios y aunque Dios lo había guardado milagrosamente del diluvio, entendía que las señales y manifestaciones poderosas de Dios no representan una relación con él, sólo el altar (la cruz), te hace amigo de Dios.

Noé hizo un sacrificio, quemo un animal sobre el altar y esto fue un acto simbólico, Noé le estaba diciendo a Dios lo siguiente: "Estoy tan agradecido de ti, que daría mi propia vida por ti, pero como eso no es posible, este animal me representa, quiero que veas que en este instante mi vida está sobre el altar". ¡Que impresionante!, tal nivel de entrega y devoción, de verdad Noé estaba entregando una adoración comprometida.

Ese animal quemándose expelía un aroma que llego hasta el cielo, Dios lo huele y dice: "mmmm.. Que rico aroma"; era el aroma de la entrega, el olor de la adoración, del corazón agradecido y sincero y pienso que Dios tomó la decisión que yo tomaba cuando era niño e iba a casa de los Alvarado, Dios quiso permanecer con Noé, le gustó el aroma que el tenía.

Luego de meditar en esta palabra me pregunte ¿qué aroma tengo para Dios? ¿Querrá él permanecer en mi casa?, de verdad es todo lo que anheló en la vida, y pienso que es bueno hacernos esta pregunta hoy, pues es distinto el olor de una ofrenda sin quemar al de una ofrenda quemada, y el aroma que agrada a Dios es el de la ofrenda quemada, porque el altar que es la cruz quema todas nuestras imperfecciones; tal vez para saber que aroma tengo para Dios primero debo responderme que tan quemada esta mi vida en la cruz.
Que la próxima vez que Dios nos huela, pueda decir: ¡¡¡ mm que rico aroma ¡¡¡

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