martes, 22 de julio de 2014

UNA LLUVIA GRANDE SE OYE ¡¡¡

"Luego Elías dijo a Acab: «Vete a comer y a beber algo, porque oigo el rugido de una tormenta de lluvia que se acerca». Entonces Acab fue a comer y a beber. Elías, en cambio, subió a la cumbre del monte Carmelo, se inclinó hasta el suelo y oró con la cara entre las rodillas. Luego le dijo a su sirviente: —Ve y mira hacia el mar. Su sirviente fue a mirar, y regresó donde estaba Elías y le dijo: —No vi nada. Siete veces le dijo Elías que fuera a ver. Finalmente, la séptima vez, su sirviente le dijo: —Vi una pequeña nube, como del tamaño de la mano de un hombre, que sale del mar. Entonces Elías le gritó: —Corre y dile a Acab: “Sube a tu carro y regresa a tu casa. ¡Si no te apuras, la lluvia te detendrá!”. 
(1 Reyes 18:41-44 NTV)

Nunca me ha dejado de asombrar la lluvia, desde niño pasaba horas viendo llover, la verdad es que entiendo el proceso físico que provoca la lluvia, la condensación del vapor de agua que está en las nubes y caen esas gotas de vida, pero aún así, siempre me ha parecido un milagro espectacular, un derroche de creatividad de Dios.
Los lugares más verdes y fructíferos del planeta son aquellos que más llueve, y por el contrario los desiertos, lugares secos y sin vida, son por definición zonas sin lluvia., pero aún estos reverdecen cuando cae agua del cielo.

Elías vivió en una época de sequía espiritual, es decir, un tiempo en el que la gente ignoraba a Dios y sus principios, tal vez por esta razón Dios quiso ilustrar su realidad espiritual con una sequía natural, tuvieron más de tres años sin ver lluvia sobre sus tierras.
Sin embargo, esa sequía no sería para siempre, hubo en momento en que Dios decidió devolverles la lluvia y con ella la esperanza de un nuevo comienzo con Dios.

A través de esta palabra Dios dejó estas semillas en mi corazón:

Una lluvia grande se oye
Así cómo en lo natural la lluvia es sinónimo de vida, en lo espiritual representa ese soplo de su Espíritu Santo que trae vida, representa la presencia de Dios que reverdece nuestras sequías, es un nuevo comienzo y la certeza de una gran cosecha.
Cuando Elías declara estas palabras el cielo estaba completamente despejado, pero en su espíritu él podía percibir que se acercaba esa lluvia. El hace este anuncio no porque tenía el buen deseo de ver llover sobre su nación, sino porque que tenía una palabra de Dios y aún sin ver nada Elías comienza a anunciar esa gran lluvia.
Si quieres ver esa lluvia en tu vida, en tu familia y en tu nación, necesitas una palabra pues una palabra de Dios cubre los cielos con densas nubes, una palabra de Dios reverdece el desierto más estéril. Y si ya tienes esa palabra comienza a anunciar que se acerca la lluvia sobre tu vida.

La lluvia comienza en el monte
Mientras Acab fue a comer y beber, Elías no se quedo sentado esperando la lluvia, él subió al monte y comienza a orar por esa lluvia, aunque ya tenía la palabra no cesó de orar y clamar por la respuesta de Dios.
No en vano la Biblia detalla la posición física del profeta, dice que se inclinó y puso su rostro entre las rodillas, esto representa la humillación, el quebranto de su corazón. El clamor en humildad siempre desatara los cielos.

Ve y mira
Si el profeta tenía la palabra, creía y aún escuchaba esa lluvia acercarse, además de anunciarla con mucha convicción ¿porque hace que su sirviente vaya y vea?, cuando tu crees, siempre llevarás a otros a creer, debes contagiar con tu fe, al principio ellos creerán con una fe prestada, pero luego ellos desarrollarán tu mismo nivel de fe y hablarán a los cielos y lloverá.

Veo en esta historio el camino para traer lluvia a nuestras vidas y a nuestra nación, veo que Dios anhela hacer llover sobre esta tierra seca y hoy más que nunca tengo la certeza que una lluvia grande se oye ¡¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario