(Isaías 60:1-3 NTV)
Todos alguna vez hemos disfrutado de una noche de luna llena, pero nunca fue tan apreciada por mi familia y yo como cuando estábamos en el campo, era un pueblo apartado de todo, no tenía luz eléctrica y la oscuridad de la noche era impresionante, una de esas noches estaba despejado y la luna en su máximo esplendor iluminaba todo ese lugar.
La luna no tiene luz propia, simplemente refleja la luz del sol, su superficie volcánica y castigada por miles de años por meteoritos hacen que pueda proyectar a la tierra la luz que recibe.
Esto es lo que Dios quería hacer con Israel y es lo que hoy quiere hacer con sus hijos, que podamos reflectar su luz en un mundo de oscuridad.
Ahora este deseo parte con una instrucción: "Levántate", para que la luz de Dios comience a brillar en mi, primero debo levantarme, ¿qué significa esto?:
Levantarse es volverse al Señor, es poner nuestros ojos en el rindiendo nuestras vidas y estableciendo una prioridad; Dios. Para qué la luz de Dios brille en tu vida necesitas entregársela a él. Muchos le entregan a Dios sólo una parte de sus vidas, por eso no pueden brillar.
Levantarse es dejar la comodidad, Jesús dijo "No enciendes una luz y la pones debajo de la mesa" (Mateo 5/15), levantarse implica dejar atrás la silla, salir, compartir, preocuparse por la necesidad de otros. No brillas en la iglesia, ahí ya hay luz, brillas en la oscuridad. Sal a brillar.
Levantarse es entrar en el secreto de Dios, allí en ese lugar donde sólo entran los íntimos, aquellos que quieren estar con él y disfrutar su presencia. "Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme". (Jeremías 29:13 NTV). Moisés entró en ese secreto y su rostro resplandecía tanto que no podían verle directo a la cara.
Levantarse es activar la intercesión, comenzar a clamar por aquellos que están en oscuridad. "pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir". (Jeremías 33:3 NTV). La oración de intercesión hará resplandecer tu vida.
Tu y yo estamos llamados a brillar, ya suelta todo lo que ha impedido que brilles y levántate, y así como la luna, recibirás la luz de Dios y muchos encontraran el camino, recibirán claridad y seguridad a través de ti. Levántate y resplandece ¡¡¡
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